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Nuestra
Señora de la Candelaria |
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El otro
pastor quiso herirla con su cuchillo. Pero en vez
quedó herido el mismo. Asustados, huyeron los dos
pastores a Chinguano, a la cueva-palacio del rey
Acaymo, para referirle lo acontecido. El rey fue a
ver con sus consejeros. Ella nada respondía pero
nadie se atrevía a tocarla. El rey decidió que
fuesen los mismos dos pastores ya heridos quienes la
recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al
contacto con la imagen, quedaron sanados. El rey
comprendió que aquella mujer con el niño en brazos
era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso
llevarla en sus brazos, pero después de un trecho,
por el peso, necesitó pedir socorro. Es así que en
lugar de la aparición hay hoy día una gran cruz y en
el lugar donde el rey pidió socorro, un santuario a
Nra. Señora del Socorro. |
En 1526
se edificó el santuario por los muchos prodigios que
Dios obraba por Nuestra Señora de la Candelaria. De
Las islas canarias la devoción se propagó a América.
Hernán Cortés llevaba al cuello una medalla de esta
imagen. |
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